Los detalles de la verdadera historia de Holmes son difusos. Dijo que su virginidad la perdió a los seis con una nana, que se graduó de Ciencias Políticas y medicina. Pero la realidad es que, nacido en 1944, Holmes se crió en un pequeño pueblo en Ohio. Con un padrastro alcohólico y abusivo, Holmes se metió al ejército para poder escapar. Curiosa similitud con el creador de la revista pornográfica Hustler, Larry Flynt, quien también tuvo su historia militar.
Según Holmes, su “talento” fue descubierto por una vecina que le pagó para que se grabaran teniendo sexo. Según su esposa, Sharon, todo sucedió en el baño de un club de poker, donde un fotógrafo se quedó mirándolo y le dijo que debería probar en el porno. Sus inicios se han fechado entre 1965 y 1967, así como también su participación en pequeñas revistas para adultos. Sin embargo, hasta principios de los ’70 los creadores del porno aún eran perseguidos por la ley, y de hecho, Garganta Profunda (1972) causó gran revuelo mediático y fue considerada obsena y censurada en varios cines de Estados Unidos. De todas formas, el primer papel importante y reconocido de Holmes es el de Johnny Wadd en una serie dirigida por Bob Chinn, en la que interpreta a un investigador privado que, bueno, tiene sexo con todo el mundo. De ahí a la fama, el sueño norteamericano, los placeres de Hollywood. Pero no. Ni tanto. El 73 lo arrestan y lo acusan de ser proxeneta. Lo dejan libre a cambio de que sea informante sobre todos los pormenores de la escena pornográfica en Los Ángeles.
Pero su historia más bizarra comenzaría el ’76, cuando -con 32 años- conoce a Dawn Schiller de 15, hija de un veterano de la guerra. Holmes los ayudaba a ellos y la hermana menor de Dawn. Hasta que la ayuda y la fraternidad pasó a ser una relación amorosa. Incluso Holmes lleva a Schiller a vivir con él y su esposa, en una bizarra escena familiar. Sharon le hacía comida y cuidaba a Dawn como a una hija. Por ahí se comenzaba a dibujar el principio al final.
Mientras, en la vida pornográfica, Holmes -quien protagonizara más de 40 películas- se jactaba de tener un pene que alcanzaba los 36 centímetros erecto, de haberse acostado con más de 14,000 mujeres y de poder mantener una erección por tiempo indefinido: “en una película porno, una escena de sexo de cuatro minutos significa que he mantenido una erección por las cinco horas que toma filmarla”, dijo a Hustler. Sin embargo, su socio Bill Amerson dijo que en realidad la medida no superaba los 33 cnetímetros, lo que no deja de ser una medida muy superior al promedio. Pero además, la famosa actriz porno de los ’70, Annette Haven reconoció en el libro El otro Hollywood, de Legs McNeil y Jennifer Osborne, que tener sexo con Holmes “era como meterse una enorme y blanda esponja de ducha… nada demasiado excitante”.
Y durante la década de los ’70, este rumor aumentó. En una entrevista, la misma actriz dijo que el chiste de la época era que Holmes ya no podía mantener una erección total, ya que dado el gran tamaño de su pene, no podía mantener el flujo necesario de sangre sin desmayarse. Además, el alcohol y las drogas tampoco ayudaban. Aunque según un estudio de la Universidad de Granada, la mayoría de las personas drogodependientes utilizan cocaína para tener relaciones sexuales más excitantes, Pablo Vallejo, autor del estudio, señaló a Publico.es que “la droga más empleada como factor potenciador de la sexualidad es, a la vez, la más incapacitante a nivel sexual”.
Y Holmes definitivamente no era ajeno a las drogas. Comenzó a frecuentar una casa ubicada en la calle Wonderland 8763, arrendada por Joy Miller y su pareja Billy DeVerell, además de Ronald Launius y su esposa Susan, y David Lind y su pareja Bárbara Richardson. Según los vecinos, el lugar era un antro de rock y drogas. Crime Library reporta que los vecinos veían pasar autos que se detenían bajo el balcón para recibir una bolsa café lanzada desde el segundo piso.
En su autobiografía El rey del porno: La autobiografía de John C. Holmes, éste señaló que llegó a pesar 48 kilos, y que si comía algo, era un Taco Bell. También escribió que al mirarse al espejo, “lo que veía podría haber salido de un campo de concentración”.
Abrumado por su adicción y las deudas, a Holmes se le ocurre un plan: asaltar al magnate de las drogas Eddie Nash. La película Boogie Nights de Paul Thomas Anderson hace una referencia a la vida de Holmes para contar la historia de un joven incursionando en el porno en los ’70 y ’80. En ella, Dirk (Mark Wahlberg) junto a dos amigos hacen una venta a un narco. Uno de los amigos quiere más y trata de robarle. Mata al guardaespaldas y luego el narco lo mata a él. Dirk y Reed (John C. Reilly) logran escapar.
Anderson estaba haciendo un claro, pero inocente guiño al robo a Nash y los “Asesinatos de Wonderland”, como fue conocido el macabro crimen que terminó con la vida de tres personas. Hasta el día de hoy, lo que realmente pasó continúa siendo un misterio.
Lo que sí se sabe es que el 29 de junio de 1981, David Lind, Ronald Launius y Billy DeVerell entraron a robar la casa del poderoso narcotraficante Eddie Nash, quien además era dueño de varios clubes nocturnos. Según reporta Crime Library, el primero en entrar fue David Lind, quien llegó haciéndose pasar por policías mostrando una placa robada y gritando: “¡Están arrestados!”. Al interior estaba Gregory Diles, guardaespaldas de Nash, a quien esposaron. Luego salió Nash y rogó por su vida. Le robaron miles en coca, dinero y joyas.
Al darse cuenta que había sido humillado, Nash se indigna. El primero de julio Launius, DeVerell, Bárbara y Susan son brutalmente golpeados con tuberías de fierro. Sólo Susan sobrevive al ataque. Lind también se salva ya que estaba en un motel con una prostituta. Cuando se entera de los macabros crímenes, le dice a la policía que todo el asunto había sido orquestrado por Holmes, quien incluso había dejado un ventanal sin seguro para que entraran. Sharon además declaró que su esposo había llegado a casa cubierto en sangre diciendo que había sufrido un accidente automovilístico, pero ella no le encontró heridas. En diciembre fue formalizado. Lo único que dijo fue que Nash, al verlo usando un anillo que había sido parte del botín, lo había obligado a revelar la identidad de los asaltantes y que había estado en la casa del narcotraficante cuando ocurrieron los asesinatos. Al negarse a responder al Gran Jurado, diciendo que temía por su familia, lo acusaron de desacato y pasó casi cuatro meses en la cárcel. Según él, los guardias le traían copias de Johnny Wadd para que les firmara.
La película Wonderland de James Cox y protagonizada por Val Kilmer da una tesis y relata lo acontecido, pero Legs McNeil y Jenifer Osborn -autores de El otro Hollywood-, quienes investigaron el caso en profundidad, están en desacuerdo: “me parece una película horrible. Es pésima”. Osborne dice que los creadores de la película les pidieron la información a cambio de nada: “nos reunimos con dos tipos de lo más arrogante que ni siquiera conocían bien los detalles de la historia (…) Legs les dijo que esto en realidad es una historia de amor, pero a ellos sólo les interesaba que fuera escabrosa”. Los autores se referían a la historia de Sharon y Dawn. La esposa de Holmes cuidó siempre a la joven amante de su esposo, incluso cuando Holmes estuvo preso y las dos vivieron en el hogar del matrimonio.
La fiscalía insistía en que Holmes había participado de los asesinatos ya que se encontró su huella ensangrentada en el respaldo de una cama. Cuando Nash fue formalizado y encarcelado por drogas, Holmes declaró que Nash lo había mandado con sus matones y le había obligado a mirar cómo mataban a sus amigos, pero nunca reveló la identidad de los asesinos. Susan declara no recordar nada, sólo sombras borrosas. Al final Holmes y Nash son absueltos de los cargos por no existir evidencia suficiente para condenarlos.
Pero para ese entonces ya se encontraba en la ruina económica, por lo que en 1982 crea una productora llamada Penguin Productions en conjunto con Bill Amerson. En esa empresa Holmes escribió y dirigió unas 20 películas, aunque sólo protagonizó siete. Entre ellas, Los placeres privados de John C. Holmes, la que incluía escenas homosexuales. Las malas lenguas dirán que incursiona en el porno gay por su impotencia y que fue así como se contagió de Sida, ya que varios actores de esa película se contagian. Lo concreto es que le diagnostican la enfermedad en 1985, pero él señala que tiene cáncer de colon. Al menos su ex esposa Sharon señala que Holmes no se contagió por las drogas, ya que no usaba intravenosas porque le tenía pánico a las agujas.
Holmes muere el 13 de marzo de 1988 a los 43. Asustado de los posibles coleccionistas, le pide expresamente a su segunda esposa Laurie Rose, que se encargue de que su cuerpo esté completo, intacto antes de cremarlo. Pero una réplica hecha dildo puede encontrarse por internet en casi todos los sex shop gringos.
En septiembre de 2001, según señala Los Angeles Times, Eddie Nash se declara culpable de haber orquestado los asesinatos de Wonderland. En la corte dice que efectivamente cometió los asesinatos y que sobornó al jurado que lo había exonerado. Como no se lo podía juzgar por el mismo crimen por el que ya había sido absuelto (asesinato), a Nash se le condena a 37 meses por conspiración para cometer asesinato, sin nunca revelar quiénes fueron exactamente los asesinos.