La revista peruana Siete publicó esta semana un artículo titulado Motero Espía en el que asegura que la presencia del capitán Andrés Carevic en el Dakar obedeció a un plan militar de nuestro país mediante el cual el conductor habría recopilado información sobre el desierto peruano y otras zonas estratégicas.
Según la revista, las Fuerzas Armadas hicieron esto para “recuperar protagonismo en su país”.
“Detrás de la imagen distendida de Andrés Carevic en su papel de James Bond del Rally Dakar hay decenas de rostros tensos de la alta oficialidad militar de Chile. Los jerarcas de las fuerzas armadas del país mapochino planificaron cuatro años esta aventura con la finalidad de recuperar notoriedad y presencia en su país”, asegura la publicación.
Según Siete, por esto mismo fue que las Fuerzas Armadas le pidieron a Carevic que usara la gorra roja empleada por las tropas que invadieron Lima en la Guerra del Pacífico en plena partida del Dakar en Lima.
Pero esto no es nada: “a Carevic lo dotaron de un sensor para registrar la topografía, condiciones meteorológicas, entre otros factores, de la ruta en el desierto peruano. El equipo, enlazado a un satélite, procesaba y enviaba la información en tiempo real”, señalan.
Según la publicación Carevic es capitán de Infantería y paracaidista.
“El motero espía llegará a Chile para recibir los honores que le corresponden, pero su actuación no servirá para conseguir el regreso de las Fuerzas Armadas al primer plano de la vida política del país sureño, ahora en manos de una opulenta clase que tiene objetivos que no coinciden con la visión militar”, señalan.
La teoría del medio es que el Estado Mayor Conjunto necesita “ingentes recursos económicos para compensar las enormes pérdidas militares en el bastión de Concepción a causa del terremoto y del tsunami de 2010. Ese fenómeno natural los retrasó unos cinco o seis años en el tema de infraestructura y aprovisionamiento bélico”.
En esa línea, sostienen que “tampoco ayuda el factor Carevic a terminar con las revueltas sociales que sacuden al país sureño con los reclamos de los comunistas por el tema de la Educación, ni los recientes episodios de espiral violentista protagonizada por comunidades mapuches en la región de la Araucanía”.