Carlos Peña se refirió al libro que Jovino Novoa lanzó en la semana y causó revuelo por sus críticas a la centro derecha.
El libro, prologado por Laurence Golborne, expone -en palabras de Peña- una crítica acérrima al gobierno de Piñera.
Partes del libro citadas por Peña indican que el gobierno de Piñera: “agravó la debilidad y la pérdida de identidad de la derecha”; “se trazó como un objetivo camuflarse con la competencia, absorber su discurso igualitario y estatista”; “confunde el pragmatismo (…) con el entreguismo”; la actitud del Presidente en Barrancones, remata, “fue la primera gran desilusión”.
Peña explica que la tesis de Novoa se funda en que las ideas de centro derecha necesitan ser refrendadas por un relato “capaz de despertar la emoción de aquellos que lo escuchan”, y agrega que “la derecha se ha dejado llevar por el prejuicio de que la política está hecha de pura técnica y que el secreto de su éxito en vez de la emoción es el saber. Sería el caso de Piñera. Él tendría una confianza desmedida en la técnica, en el saber experto, con descuido del relato que confiere sentido a la acción colectiva y que alimenta el fuego de la emoción que estaría a la base de las ideologías”.
En ese sentido, las críticas apuntarían directamente a la conducción del presidente, quien se confiaría demasiado en la destreza técnica antes que en la ideología de su coalición. Según interpreta Peña, Piñera sería una especie de “inválido emocional”. “Alguien dispuesto no a emocionar a los demás con sus ideas, sino al revés: una persona dispuesta a abrazar las ideas de los demás con tal de emocionarlos”.